¿Qué es el Customer Journey?
Para analizar lo que en inglés se designa como “customer
experience” (experiencia del cliente) hay que manejar algunos conceptos.
Por ejemplo, habitualmente se conoce como “mapa del ciclo de vida de un
cliente” (del inglés “customer journey map”, o CJM) a
una herramienta de análisis avanzada que permite entender cómo es esta
experiencia del consumidor. Este “mapa” en realidad es un diagrama que ofrece
una visión clara de todos los caminos o circuitos que sigue un cliente al
vincularse con nuestra compañía.
Algo que distingue a este enfoque es que los análisis se efectúan en
función de los sentimientos y emociones del cliente, con lo cual no incluye
solamente los factores medibles del esquema de negocio, sino también las percepciones que el consumidor tiene del mismo.
Por ejemplo, esta herramienta ayuda a conocer al detalle el camino que efectúa
cada cliente en el “viaje digital” que lo lleva a través del portal o sitio de comercio electrónico de la
empresa, qué sensaciones le provoca y qué decisiones debe tomar hasta el
momento en que concreta la adquisición, abandona
la página o hace a un lado el carrito de
compras.
Esta herramienta tiene una serie de objetivos, entre los que cabe mencionar
los siguientes:
Alinear la visión externa e
interna: Al analizar
cómo vivencia el cliente las distintas etapas de la interacción con la
compañía, poniéndose en su lugar, se logran alinear las dos visiones y
eventualmente encontrar un ciclo de vida más armónico y natural.
Comprender y redefinir la
experiencia de los clientes: Al conocer su experiencia actual, se pueden identificar aquellos puntos
en que el cliente se siente frustrado, perdido o aburrido. Además, gracias a
este recurso, se estará en condiciones de descubrir interesantes nichos de
clientes, detectando oportunidades de servirlos de un mejor modo y en última
instancia, de crecer.
Un ejemplo de lo antedicho lo encarnó la compañía Apple: sus reconocidos Apple Stores
se inspiraron en el caso de la cadena de hoteles Ritz-Carlton en lo
concerniente a la optimización del servicio al cliente. Y hay que reconocer que
esta compañía de tecnología logró un éxito notable, ya que cuenta con clientes
muy fieles que aman navegar por las tiendas virtuales Apple, por el mero placer
de descubrir alguna novedad, aun cuando no vayan a comprar ningún producto en
particular.
No obstante, hay algunos puntos que deben tenerse en cuenta sí o sí, y
son los que se explican a continuación:
Identificar al cliente: Para poder entenderlo, primero hay que
identificar al consumidor. Desde la perspectiva del CJM se concibe su
experiencia con la empresa como una suerte de “viaje”, y la idea es ponerse en
su lugar para entender y registrar las características de ese “periplo”.
Entender las etapas del vínculo: Al ver el proceso desde la óptica del
cliente, es factible comprender cómo se siente ante cada una de las
interacciones que realiza con la compañía, servicio o producto. El ejercicio
pasa por “salirse” del lugar de la compañía para observar las etapas desde la
perspectiva del cliente. Para dar un ejemplo, se pueden ver cuáles son los
pasos que debe transitar para gestionar una app móvil a fin de efectuar pedidos
a la empresa desde su teléfono inteligente.
Registrar indecisiones y
motivaciones: Es
preciso comprender qué es lo que moviliza al consumidor en cada etapa, qué le
genera dudas o inquietud, qué lo entusiasma o incomoda, etc.
Mapear las interacciones: Si bien cada “viaje” es distinto,
algunos puntos de contacto se repiten en todas las relaciones entre la empresa
y los usuarios. Es fundamental reconocer cuáles son, a fin de determinar sus
características. Si se trata de un intercambio vía e-mail, página Web o app
móvil, por caso, es preciso identificar qué emociones negativas, positivas y
neutrales se ponen en juego, a efectos de visualizarlas con facilidad.
Analizar cada instancia clave: Los “momentos clave” que tienen lugar en
este “viaje” del cliente en su relación con la empresa son en particular
aquellos en los que se siente feliz, enojado o extraviado. Estos instantes son
cruciales, ya que hacen que decida continuar rumbo a la fase siguiente, o no. Y
es fundamental no sólo que la empresa conozca esas instancias, sino que haga lo
necesario por ayudar a mejorar ese “viaje”.
Oportunidades y sentimientos: Por último, es esencial entender cuáles
son las sensaciones y sentimientos del cliente ante cada etapa o interacción, y
en particular qué le molesta o incomoda en los diferentes “puntos de contacto”.
Al detectar las experiencias negativas, se podrán mejorar las experiencias de
los clientes de un modo consistente.
Al hacer que los consumidores tengan vivencias más placenteras al
vincularse con la compañía tendremos créditos palpables, ya que los clientes
querrán repetir las interacciones y se logrará de tal suerte fidelizarlos y
entablar relaciones más largas.
Para más información, te invitamos a que revivas nuestro #webinar “CRM-El
valor de conocer al Cliente”, dónde encontrarás una explicación más amplia
sobre el término “Customer Journey” https://youtu.be/CfvM1nkI8_M
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