La relación entre “conocimiento de Cliente” y la rentabilidad.
Uno de los indicadores clave
que se produce como resultado de un mejor conocimiento de Cliente es la
rentabilidad directamente asociada a cada Cliente, esto es desde luego una de
las bases de actuación ya que toda empresa debe tener como objetivo aumentar su
rentabilidad y beneficio.
Adicionalmente a la
rentabilidad del cliente existen otras facetas de conocimiento relacionado a la
capacidad de aportar valor añadido a segmentos específicos de mercado que son,
o tienen el potencial de ser, altamente rentables; estas áreas incluyen, aunque
no se limitan a:
-
Qué servicios o productos, que método de
realización o entrega de los mismos, añaden valor.
-
Cuál es la percepción de valor dentro del
posicionamiento social de un segmento, y cómo pueden las iniciativas de
marketing mejorar esta.
-
Los resultados y respuestas de un segmento
determinado a las iniciativas de marketing.
-
Como ha respondido un segmento a iniciativas de
mejora de la relación con el cliente.
Desde luego para obtener esta
información debemos recurrir a herramientas de Business Intelligence. Generar
segmentos de clientes es posible tras el análisis de datos con herramientas
como Business Intelligence. Esta solución está diseñada para proveer esta
información, sin embargo, no todas las empresas invierten en una solución de
este tipo.
La base de cualquier relación
entre una empresa con sus Clientes es el valor que los Clientes perciben y que
es ampliamente interpretado como algo que el Cliente entiende de forma
positiva.
Esta base, por lo tanto, puede
basarse en una combinación de las siguientes variables:
- Garantías de calidad, la
imagen, la fiabilidad y la garantía asociada con una marca. Estos valores son
generalmente mensajes transmitidos por campañas de comunicación.
- Calidad de la oferta de
productos o servicios.
- Las experiencias positivas
de los servicios de atención al cliente y las iniciativas de fidelización.
El aumento de valor añadido
implica la adopción de un modelo de negocio que tiene una orientación al
cliente (client-centric holistic model) en cualquier segmento dado al grado en
el que la posición actual de la compañía le permita actuar. Sin embargo, las
empresas no pueden asumir cambios radicales para convertirse en organizaciones
"orientadas al Cliente" de forma ágil. Este es un proceso evolutivo
que implica muchos recursos, tiempo y la coordinación de esfuerzos entre los
diferentes programas corporativos que afectan a la ejecución del cambio para
con el concepto que se haya definido, por el cual se aporta valor añadido para
el Cliente final.
Un elemento principal de
orientar la empresa hacia el Cliente es una arquitectura de procesos y flujo de
la información (generalmente soportada por sistemas de gestión) que esté
integrada en todos los canales de comunicación con el Cliente.
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