Menos ahora significa más
Los avances
en la tecnología de fabricación, el menor coste de entrada, la necesidad de
velocidad y la demanda de productos más personalizados,
están impulsando el crecimiento de una fabricación más pequeña y localizada.
Desde la
Revolución Industrial, la fabricación ha perseguido con ahínco la eficiencia,
lo que ha desembocado en la optimización de procesos en instalaciones
centralizadas más grandes. Por primera vez en 250 años, esto está empezando a
cambiar. Las mejoras en la tecnología de fabricación y en el transporte han
contribuido a reducir el coste de la fabricación, lo que ha menguado el valor
de las plantas de fabricación centralizadas de gran tamaño. También ha reducido
el costo de entrada dejando más espacio para
los fabricantes pequeños y medianos que en el pasado no disponían de capital
suficiente para abrir una planta.
La
necesidad de rapidez exige localización.
Una razón
importante de ese cambio a instalaciones de fabricación más localizadas y
pequeñas ha sido la necesidad de rapidez. Ahora que los clientes quieren
que sus pedidos se tramiten más rápidamente y desean más personalización,
las instalaciones de fabricación localizadas más pequeñas han demostrado ser
mucho más eficaces en abordar estas demandas.
Otro motivo
por el que muchos fabricantes han cambiado a instalaciones más pequeñas y
localizadas es reducir los riesgos.
Según el
National Bureau of Asian Research, en 2013, el robo de propiedad intelectual en
las empresas estadounidenses superó los 300 mil millones de dólares, de los cuales
casi el 80% provino
de empresas
chinas con sede en Estados Unidos. Cuando
las empresas se mueven a nuevos mercados, a menudo no entienden totalmente las
leyes locales y los sistemas legales, así el cómo
se percibe la propiedad intelectual en la cultura local.
En China, por
ejemplo, el robo de propiedad intelectual y la imitación están ampliamente
aceptados, y se consideran más una ”adopción“ que un robo. El gobierno chino ha
acuñado incluso el término ”reinnovación“ para describir esta práctica. Las empresas
que instalan oficinas en el extranjero se pueden enfrentar también a nuevos
riesgos de seguridad, especialmente si estas oficinas residen en lugares del
mundo donde la tecnología y la infraestructura están menos avanzadas o menos
controladas.
Para ayudar a
mitigar el riesgo de robo de propiedad intelectual, muchos fabricantes están
descentralizando y disgregando el conocimiento, especialmente si se refiere a
procesos patentados
o información confidencial.
Aunque las nuevas tecnologías están abaratando la
fabricación para los grandes fabricantes, también han reducido el coste de
entrada de los nuevos fabricantes. Por unos cuantos miles de dólares se pueden
comprar impresoras 3D de gran calidad; el software CAD, cuya licencia costaba
anteriormente miles de dólares, ahora cuesta solo unos pocos cientos de
dólares, y ya no requiere máquinas especiales de precio elevado para su
ejecución; muchos de los procesos que antes requerían conocimientos y formación
se han automatizado; Internet ha proporcionado a los usuarios acceso más
sencillo a materiales más baratos. Ahora podemos notar, que menos es más, la tecnología va avanzando a pasos agigantados y nos permite ser rápidos, eficaces con un servicio
especializado.
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